Alejandro Vela coordina y reparte los productos donados por una empresa de Huesca a hospitales, centros de salud y hasta supermercados

El día que se informó del primer positivo por coronavirus en la provincia, el granadino Alejandro Vela atendió a los pacientes que tenía citados aquella tarde en su consulta de Podología del centro de la capital. Ese sería su último día de trabajo: anuló las consultas del viernes y se llevó a sus padres al pueblo. Allí, en El Pozuelo, llevan confinados más de un mes. Y fue en ese rinconcito de la costa granadina donde surgió la idea que revolucionaría su cuarentena y la de otros muchos.

La idea que este podólogo de 41 años -que cuenta además con las carreras de Enfermería y Medicina, y es doctor en Biomedicina- era proporcionar algún método de protección eficaz a los profesionales sanitarios que se pudiera adquirir de forma rápida. Inmerso además en la preparación del MIR, decidió colegiarse hace tres semanas por si tenía que empezar a trabajar de médico. «Una noche, pensando en que no tenía equipo de protección individual (EPI), me acordé de la máscara del Decathlon de mi sobrino pequeño. Como dicen, ‘a falta de pan buenas son tortas’: preparé a la mañana siguiente un vídeo en el que explicaba que esta máscara podía ser una alternativa, siempre que el tubo se cubra con alguna protección, como una mascarilla de quirófano», explica. Alejandro Vela admite que en Italia ya había visto que se comentaba esta idea, pero no tenía constancia de que en España fueran conscientes de ella. El vídeo se hizo viral y comenzó la aventura.

El granadino admite que más que conocimientos, lo que tiene son «muchos amigos». Uno de ellos, Ángel González, fue el que movió los hilos para ponerle en contacto con las personas adecuadas. Así, fueron dos las empresas que acompañaron en el camino a Alejandro Vela: Podoactiva y Tecmolde, ambas en Huesca. La primera está encargada de la fabricación de respiradores y la adaptación de máscaras de Decathlon, y la segunda es la que está produciendo viseras de corcho. Estas pantallas faciales están llegando a distintos puntos de España gracias a la labor de Alejandro Vela, entre otros, que ejerce de coordinador. «Me autoproclamé delegado de Tecmolde en Andalucía y Extremadura para distribuirlas donde hicieran falta. Primero hice un grupo de WhatsApp con compañeros sanitarios de varias provincias, y al tener información de primera mano de cómo estaban las UCIs fuimos haciendo pedidos y repartiéndolas. Los que las entregan son choferes voluntarios de la Carpintería Castellar que realizan cientos de kilómetros de forma altruista», detalla. En total, ya llevan más de 20.000 viseras repartidas por Andalucía y Extremadura.

Voluntarios de Tecmolde encargados de fabricar pantallas protectoras en Huesca. / IDEAL

Así, en Granada se repartieron primero en el Hospital Universitario Clínico San Cecilio, el Hospital Universitario Virgen de las Nieves y el Hospital de Motril. Después empezó la entrega a centros de salud y residencias. «Las solicitudes las realizan a la empresa, ellos me mandan la hoja de pedidos y yo coordino puntos de entrega en cada provincia para ahorrarle tiempo a los conductores», recalca Alejandro Vela.

Además de ser el coordinador de los repartos en estas zonas, el podólogo se ha encargado personalmente de llevar 700 pantallas a Cádiar para su distribución por la Alpujarra. «Un médico amigo de mi padre me dijo que necesitaban, así que hice un pedido. Las viseras vienen sin montar, y como muchas veces por eso mismo se retrasa su uso yo quería entregarlas ya terminadas. Organicé un centro de montaje en Cádiar, en mitad de la Alpujarra, para después repartirlas», apostilla. Gracias a esta iniciativa, ya tienen con qué protegerse no solo en los centros de salud de la zona, sino también el personal de los supermercados o la Guardia Civil, ya que el reparto se amplió a todos aquellos que pudieran necesitarla.

Y aunque Tecmolde aporta todos estos productos de forma gratuita, a esta empresa sí que les cobran el material, así que necesitan dinero para financiar la iniciativa. Tanto Tecmolde como Podoactiva forman parte de la Asociación Concahusa, encargada de recoger cualquier aportación que quieran hacerles llegar. Un proyecto que demuestra que en esta crisis no hay fronteras: a Huesca y Granada las separan unos 800 kilómetros, pero las distancias no son un problema cuando sobran las buenas intenciones.